La noria de la radio

Nunca tan precisa una definición de la radio como la que hace la periodista Teresa Martín el segmento 'La cuciérnaga', de elcomerciodigital.com: "Como si de la mejor feria de la primavera, por lo de renovarse se tratara, las ondas de la radio giran como un carrusel y en él nos alzan. Es el poder de la palabra, simplemente; un libro sonoro, una fotografía con relieves, un tiovivo en danza".

Por la belleza y profundidad de lo que dice y porque nunca leí algo igual sobre la radio, este blog reproduce su artículo 'Ondas de radio'.

«Los montes circundantes impiden que su silueta se dibuje en el horizonte, pero aquellos se tornan un fondo fotográfico que sustituye el azul de la bóveda celeste por una especie de puzzle colorista. Y la noria inicia su girar, con su movimiento desplazando el aire que salpica el Nalón de aguas que insertan de voz su ribera. Sama espera un día festivo, dejando que muchos otros se conviertan en día de noria, de hinchable castillo, coches que chocan o que nunca se encuentran en su rotar constante. Y el aire, del río, se pone aún más en movimiento, dejando su voz pendiente de un reclamo a la algazara.

Y la algarabía se desplaza formando ondas, de gente que viene y va, de sonidos que lanzan los altavoces, y exhorta al paseo, a un viaje por el aire, sin salir de estos confines, o mucho más allá. Como si de ondas de radio se trataran. ¿Ha llegado la radio montada en un carrusel o ya estaba aquí y con ella han llegado sonidos y aires de otros lados? Desde luego que estaba aquí y de aquí partía -Radio Langreo, Radio Laviana, Radio Parpayuela, Radio Ujo, por nombrar algunas ondas gentilicias-, y aquí llegaba desde emisoras lejanas o mucho más. Aprietas un botón, mueves una rueda, y la noria se pone en funcionamiento.

Como si de la mejor feria de la primavera, por lo de renovarse se tratara, las ondas de la radio giran como un carrusel y en él nos alzan. Es el poder de la palabra, simplemente; un libro sonoro, una fotografía con relieves, un tiovivo en danza.

Atracciones hay para todos los gustos en la radio: palabra política, palabra musicada, palabra en ocasiones diría gritada -otros llamarían deportiva-, y en ocasiones falta de palabras en silencios expresivos pero temidos; otras veces, poesía en la radio o cuentos para todos los públicos.

La radio es como esa feria de la primavera que se ha instalado en Sama. Subidos a sus ondas, podemos llegar a donde queramos: al fondo del paisaje, el que no se ve, podemos ser lo que queramos, jueces, maestros, comentaristas, cuentacuentos, y, sobre todo, imaginación. Bienvenida siempre la noria de la radio».

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