'Palabra desnuda' sobre el asesor de radio en Cuba

Un rico debate sobre la figura del asesor de radio está generando el nuevo blog cubano 'Palabra desnuda', dedicado a la crítica cultural y que escribe el licenciado en comunicación audiovisual Adrián Quintero, un experto documentalista y realizador de programas culturales en CMES Radio Sagua, en la provincia de Villa Clara, Cuba. En su primer post 'Escrito por el asesor', Quintero cuenta que hace cuarenta y cinco días se “convirtió” en asesor de programación de la emisora para la que también trabaja como escritor y director de programas.

"El asesor _ escribe en su blog_ dice si sirve o no un guión, o una obra, o el embrión de una obra. Y lo más importante: da luz a su autor sobre lo que es salvable y lo que no; aporta ideas, esclarece conceptos, ayuda a pesar. Por supuesto, a veces no le quedará otra alternativa que rechazar aquello que no sea artísticamente salvable y defender luego esa postura. La regla de oro de la buena asesoría es la comunicación; el diálogo inteligente, el intercambio de criterios. Tenga en cuenta que cuando una obra de arte es buena y vital, puede desatar criterios contrapuestos".

Quintero lamenta que en la radio cubana actual, sobre todo en la programación no dramatizada, lo que se hace sea "más que puro fusilamiento de aquí de allá, notas calcadas de diversas fuentes; como en los tiempos de los primeros noticieros, cuando se recortaban las noticias del periódico".

¡Pero qué hago yo criticando a los asesores si pertenezco a su nómina!
"Dirán algunos que debía permanecer silente, porque soy juez y parte. Justamente _ señala más adelante Quintero_ con ese concepto se asocia una de las principales limitaciones del oficio. Los asesores suelen involucrarse tanto con los colectivos que “para no buscarse problemas y enemistades” terminan haciéndose de la vista gorda. Ahí están las pifias que pueden escucharse en cualquiera de nuestras emisoras. Errores históricos, imprecisiones geográficas, informaciones desactualizadas, términos mal empleados... Un montón de cosas que van más allá de la simple preposición o de la faltica de ortografía".

Lo cierto es que Adrián llama "la pericia de los asesores" ha motivado análisis en diversos foros. "No han faltado audaces con la propuesta de dejarlos fuera. Defiendo la valía del oficio siempre desde mucho antes que me tocara observar las aguas desde las dos orillas. Sencillamente es preciso reivindicar esa especialidad...".

Reacciones... debate
Fui el primero en reaccionar a su post: "La labor del asesor es esa que pretendes rescatar. Como bien dices, este debate es tan viejo como los años que llevamos con la “nueva” radio a cuestas, y ya va siendo hora de reconocer que en esta materia no siempre ha primado la lógica", dejé dicho en un comentario.

Cito aquí algunas ideas expresas por otros colegas que también han participado en el debate:

Yolanda Molina Pérez, del periódico Guerrillero: ... Coincido contigo en las valoraciones que haces sobre sus funciones,es doloroso reconocer que tienes la razón. Mejores asesores y un riguroso trabajo de ellos y radio y televisión darían un vuelco total en cuestión de horas y días.

El asesor debería de ser el más capacitado de cualquier colectivo o programa y, muy contrario a lo que algunos piensan, debe ser también un realizador. ¿Cómo demostrar ante un director de radio o TV que su puesta no es la más feliz si no somos capaces de mostrarle la alternativa indicada? La posibilidad de veto del asesor debería de ser usada con mayor frecuencia para que escuchas y televidentes tuviesen que hacer menos uso de la de ellos. El asesor no sólo se restringe al contenido, debe ser alguien con una formación estética, conocedor de los códigos, técnicas, recursos audiovisuales y códigos de la comunicación, pienso que la calidad de la radio y la televisión cubana podrían ser mucho mayores si se trabajase sobre la base de la responsabilidad material.

Reinaldo Cedeño (Santiago de Cuba) ... Algunas de estas ideas ya las he dicho, en el Congreso de la UNEAC y en eventos de la radio; pero me place recapitularlas. Lo primero que quiero es que me disculpen todos aquellos asesores, sobre todo asesoras (conozco a algunas de mucha experiencia) que cumplen con su trabajo. Esto no va dirigido a ellos; pero la asesoría en Cuba, en la radio y la televisión, necesita una SACUDIDA MONUMENTAL.

El sistema de pago que convierte al asesor en juez y parte es un soberano disparate. Se supone que son especialistas con el conocimiento requerido para evaluar y recomendar una obra determinada… pero que se les pague acorde con la cantidad aceptada o recomendada, es sembrar la semilla de la corrupción. ¿CÓMO es posible que esto pueda subsistir en los medios, en una entidad de arte e ideas? Hay mucha asesoría permisible y cómplice, que pasa por el dinero, antes que por la calidad. Y el control sobre esto es igual de endeble. Por eso muchos proyectos nacen cojos, se vuelven inválidos, se arrastran... y ahí siguen.

Lo ideal, lo razonable sería que quien asesorara, por ejemplo, un espacio histórico o musical, fuera un historiador o un musicólogo… pero a falta de ello, creo que no cabe otra cosa que la superación, la lectura constante, la actualización… PERO ese es otro supuesto: nunca se les ve el pelo en ningún concierto en ninguna conferencia ni en ninguna biblioteca, como si no hiciera falta. Mientras el escritor se rompe la cabeza, acude a esta y otra fuente, el asesor puede dar su visto bueno en cinco minutos. Lo he visto. Muchos se han vuelto correctores gramaticales o de estilo.

Muchos asesoran muchos programas, con su correspondiente beneficio pecuniario. ¿En qué tiempo pueden consultar dudas o perfilar estrategias? ¿Quién se los propicia y se los permite? ¿Quién le pone el cascabel al gato? Fuera de la programación dramática, con todas sus complejidades, hay programas que en mi opinión, pueden prescindir del asesor: con el escritor y el director bastan. En algunos espacios el asesor se vuelve un ente parasitario y pasivo, un formalismo más. Algunos dan la impresión de vivir en una especie de limbo.

Fabio Bosch Jr. (Cienfuegos) ... Mira Adrián, a tu artículo no le falta ni le sobra nada, es exacto, es dolorosamente exacto.El otro día yo decía en una reunión que cuando los asesores llegaron a la radio, los que hacíamos aquella radio ingenua, que no éramos universitarios pero que increíblemente no cometíamos casi ningún error al aire, rechazábamos a aquellos "universitarios que no tenían ñunfa, porque eran enviados a fiscalizarnos a nosotros, los que habíamos nacido por y para la radio". Sin embargo, con el paso del tiempo, muchos nos hicimos universitarios y todos acabamos por admitir que los asesoras hacían falta.

Casi que hoy no podemos vivir sin ellos, y yo, que los odiaba de muerte, acabé casándome con una asesora. Sin embargo, no hay dudas, la mecánica de desgaste, la abulia, el facilismo los está envolviendo a ellos también y, los fiscalizadores han sido miserablemente domesticados. Por tanto, veo el asunto más allá de los asesores y me pregunto, quién salvará a esta radio nuestra de cada día?. Dejo eso a un acucioso investigador como tú.

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