Periodista en el exilio

El arte de hacer radio reproduce la traducción* de la entrevista al periodista José Zepeda, de Radio Nederland, publicada en el periódico holandés Trouw, días antes de recibir el Honoris Causa en la Universidad de Encarnación, en Paraguay:

Lo tiene grabado en la memoria: la patrulla militar del régimen del dictador Augusto Pinochet que el 11 de septiembre de 1973 irrumpió en su emisora de radio local, mandó a todos a casa y destruyó posteriormente el equipo de transmisión. Dos semanas después, José Zepeda fue detenido. Estuvo encarcelado durante dos años y medio.

Ahora recibirá el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad Autónoma de Encarnación en Paraguay, en reconocimiento por su contribución a la democracia en América Latina. “Desde la cárcel me llevaron directamente al aeropuerto”, cuenta Zepeda. “yo subí en la parte trasera de un avión y mi familia subió por parte delantera. Allí nos encontramos. El vuelo iba a Holanda”.

Su exilio fue una suerte en medio de la desgracia. “Eran otros tiempos para refugiados. Íbamos del infierno al cielo. Nos sometieron a un control médico, nos dieron casa y dinero para vivir, pero sobre todo el contacto con gente en una democracia era maravilloso”. Zepeda empezó a trabajar como periodista freelance y más tarde obtuvo un contrato en Radio Nederland,

Entre 1981 y 1987 se concentró en América Central, donde se efectuaba el proceso de transición de dictaduras a frágiles democracias. “Radio Nederland ganó mucha popularidad porque logró hacer periodismo independiente. Por lo demás sólo había la Voz de América por un lado y Radio Moscú por el otro. Las emisoras nacionales eran radios’ “light” que no tocaban la política, o eran directamente partidarios de la dictadura. No olvides que una dictadura solamente puede sobrevivir con el apoyo de la sociedad, por ejemplo por motivos económicos”.

Zepeda informó de la manera más neutral posible. Y habló también con la gente que apoyaba la dictadura. “También podría haber reaccionado de manera diferente a mi pasado: ir a mi casa, llorar, tomar tranquilizantes. Pero eso es precisamente lo que quiere la dictadura, Yo aproveché la oportunidad de liberarme personalmente”.

El periodismo demostró ser un medio perfecto para ello, “Los medios no hacen la revolución, pero pueden proporcionar a la gente la información necesaria para hacer una buena elección”.

El lunes recibe el título de Doctor Honoris Causa y le satisface. “Ser recordado es el mayor reconocimiento para un periodista. En las universidades se acuerdan de haber escuchado a Radio Nederland como si fuera entonces una actividad clandestina. Ahora hay democracia en América Latina, pero muchos todavía no se atreven a decir en voz alta lo que piensan, y el poder de los partidos políticos demuestra que hay un afán por crear figura paternalistas, el gran líder. Nosotros somos los hijos de la democracia y todavía no somos adultos. Nuestro crecimiento consiste en aprender a respetar la opinión del otro y despojarnos del odio”.

Y también dirá el lunes en Paraguay que “Todo lo que soy ahora lo aprendí en Holanda. Desde fuera uno ve mejor la fotografía de su propio país. Empecé allí, pero crecí aquí”.

Entrevista de Wouter Bax
Traducción: Ingrid de Vries

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