Con la radio entre las sienes*

Add to Google
Diversificación de la radio cubana

Por Frank Díaz Donikián

La radio en Cuba ya tiene más de 80 años** en sus antenas. Muchos siempre la pensaron como el género chico para grandes aspectos de la información y la trataron de relegar sólo a cosas de entretenimiento con barniz de cultura.

Pero sobre todo en los dos últimos lustros, nuestra radio ha demostrado su valía ante la suplencia prestada para la emisión del volumen informativo y de entretenimiento que otros medios han estado impedidos de brindar por limitaciones en sus soportes.

El menú radial
La radio en Cuba enmarca la rutina diaria. Aun cuando ya tengamos nuevamente TV matutina, el primer bostezo de millones de seres en este archipiélago se hace ante un tic tac exacto de más de medio siglo (Radio Reloj), una revista de cuatro horas, o un espacio de información cultural, deportiva, de facilitación social, un programa de corridos mexicanos, de tangos o música de concierto.

El autor de este artículo en uno de los cubículos de edición de Radio Rebelde

Buena parte de la mañana transcurre entre novelas y música. El almuerzo suele ser entre melodías y el humor de un espacio que ya supera las cuatro décadas o noticias transmitidas al unísono a todo el país. En la siesta: novelas universales y cubanas. Y en las noches, música que mueve a la nostalgia o transmisiones deportivas que pueden originarse hasta desde las mismas Antípodas.

Pero raramente alguien queda enganchado con una sola estación de punta a cabo. La gente registra diversas opciones en tanto programas de interés personal encuentre en el dial hasta llegar a un hábito en tales búsquedas.

Por eso, ¿cuánta información dispersa queda sin aprovecharse diariamente? ¿Cuántas opciones culturales sin aprehenderse? Oportunidades que no se repiten, y que una vez transmitidas, se diluyen en las inmensidades del éter.

La radio es un medio que aunque barato, conlleva recursos y mucho esfuerzo personal. Hay tanto gasto de neuronas, equipos de estudios y ganas de hacer, lo mismo para una emisión en una radio territorial que para una transmisión de onda corta mundial.

Urge la diferenciación
Ya contamos con 85 radioemisoras en todo el territorio nacional. Pero urge perfilar claramente el objetivo de cada estación que pretenda abrirse paso por lo aires para no seguir dispersando mensajes muy semejantes, con música idéntica incluida, amén del derroche de gasto público que ello implica.

Se habla de programas educativos. Sin embargo, no hay ni asomo de referencia a una Radio Educativa. Una emisora de alcance nacional que funja como reservorio de todo lo bueno que se crea en cada casa de radio de este país en materia de espacios infantiles, de consejería psico-social, de música especializada. A los cuales podría añadírsele, programas para la enseñanza de idiomas o que sean un apoyo más a planes de estudio como el de Español, Literatura o de Historia de nuestro sistema de Educación.

Para esa empresa no habría que invertir en muchos medios técnicos ni en personal. En la capital del país, por ejemplo, hay estaciones que por esa misma falta de perfil, bien pudieran fundirse con otras y no se notaría gran ausencia, o mudarlas al territorio donde en verdad tendrían la proxémica que las justificaran de veras. Sólo harían falta las coordinaciones pertinentes en una cadena de transmisores que cubra todo el país.

Propuestas viables
De lo que se trata es de usar más racionalmente los recursos que disponemos. De crear emisoras, que sean más definidas, cuyas propuestas contemplen y satisfagan las necesidades de segmentos más particulares del público, que sorprendan por la novedad, y reciban de la audiencia de cualquier canto del país una fidelidad y retroalimentación más vívida.

Una, por ejemplo, donde su perfil lo marquen espacios de compañía al estilo de aquel 'Programa D' del Rebelde de los 70; 'Oiga', de Radio Liberación; 'Esto no tiene nombre' de las noches dominicales de Progreso en los 80. 'El sonido de la ciudad' de Radio Ciudad de La Habana y 'Casa de Cristal', transmitido por Metropolitana.

El colectivo inicial de 'Haciendo Radio', 1984, Radio Rebelde, La Habana. Foto cedida por el autor.

Otra, donde sólo se irradien programas como aquel 'Haciendo Radio' nacido en Rebelde en 1984 y 'Exclusivo', cuatro años después en esa misma planta. Donde abunden los programas de entrevistas y debates. Donde haya cupo para gente como Antonio Moltó, Luis Sexto o Eduardo Jiménez. Y se den a conocer los comentarios más destacados de la jornada emitidos por otros medios de prensa sobre diversos temas.

Una más con trozos de su programación para música bien específica: salsa, jazz, hip-hop y hasta para el recuerdo de la Nueva Trova. Con la palabra autorizada sobre cada asunto como hace desde tantísimos años Jorge Gómez en su espacio 'Perspectiva' en Progreso o Juan Camacho en Radio Ciudad de La Habana.

Otra frecuencia nada más dedicada al deporte, en la que noticias, estadísticas y transmisiones en vivo sea el pan de cada día, y se le de sitio allí a artistas de la narración: desde un Andy Vargas hasta un Luis Alberto Izquierdo.

Abatir la monotonía
En fin, sería imitar para otros derroteros la orgánica forma de hacer de CMBF, Radio Musical Nacional; una frecuencia presente en el dial sin hacer mucho ruido, pero que abarca una audiencia muy fiel dado a lo preciso de sus entregas.

Es cosa de propiciar la oportunidad para abatir la monotonía y el calco que se perciben en tantas ondas. Para el acopio de medios y talento, y que al final, muchas propuestas cumplan más extensamente sus funciones sociales al existir más oidos receptivos y mentes y almas para escucharlas, apreciarlas y hasta grabarlas con tal de que no se las lleve el viento.

En fin, la quimera anhela extenderle sus alas a nuestra radio o, sencillamente, hacerla despertar de sus laureles.

* Publicado en la Revista 'El Caimán Barbudo' # 328, mayo-junio del 2005 con el título “En la otra onda”
** Este año 2007 se cumplen 85 años del inicio de las transmisiones de la radio cubana.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Lady Tabares seguirá entre rejas

'La vendedora de rosas' habla desde la cárcel El Pedregal, en Medellín

Lady Tabares: una nueva desgracia en su vida