¡Al diablo, el patrimonio inmaterial de Holanda!

Por Ilse Bulit. La Habana, Cuba.-

Por Radio Nederland conocí que Holanda era algo más que altas producciones de papas, vacas lecheras y radios Phillips. Recorrí la historia de sus hombres y mujeres y hasta la visité cuando el nazismo la pisoteaba y sufrí por ella que es una de las primeras maneras del entendimiento entre los humanos, cuando logras colocarte las zapatillas del otro.

Por la Radio Nederland que amé y no me avergüenzo al afirmarlo, me acerqué sentimentalmente y no políticamente, a la vida de indígenas, mujeres igual que yo y con preocupaciones cercanas. Me estremecí con los datos iniciales de los hijos de las guerras centroamericanas y los alertas antes de que se convirtieran en los delincuentes de hoy, supe de los asesinatos de mujeres en ciudad Juárez, antes también de las populares guerras hoy del narcotráfico.

Ilse Bulit, La Habana, Cuba
Radio Nederland en español lograba las anticipaciones con la bola mágica de, como expresé anteriormente, colocarse las zapatillas del otro pues además de hablar en idioma español, no eran sordos para las otras lenguas. Escudriñaban desde estas tierras y no se dejaban encerrar en la vista miope de idiosincrasias ajenas. Por tanto comprendían lo que ocurría y podría ocurrir.

Si partimos de los usos actuales del concepto DEMOCRACIA, el gobierno holandés tiene la razón en volar por los aires a la Radio Nederland que yo amé en mi ceguera solamente visual. A la democracia la han calzado con botas de guerra. Por las buenas, solo te pisotea las zapatillas. Por las malas, te cercena las zapatillas con pies incluidos.

Como Radio Nederland me enseñó a amar a los holandeses con reina incluida, me preocupa el daño a su cultura.
Tantas discusiones y reuniones que le costó a la UNESCO la definición de Patrimonio Inmaterial. Y el gobierno holandés desconoce que Radio Nederland pertenece a su patrimonio inmaterial.
Ilse Bulit

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